Muriel acaba de terminar la carrera de magisterio y se dirige ilusionada a su primer destino, donde las ilusiones de la joven maestra chocan con la dura realidad de un pueblo perdido entre las montañas del Pirineo navarro. Poco a poco, Muriel supera su desánimo, descubre su auténtica tarea y advierte que los campesinos de Beirechea, bajo sus toscas apariencias, son personas receptivas. Y en el joven aparentemente más extraño del pueblo encuentra a un hombre afectuoso y sensible que complementa su destino humano.
Este libro nos lo mandaron leer en segundo de la ESO y fue bastante entretenido. Es muy emotiva la vida de la profesora y bastante admirable lo que hace por aumentar la educación y el nivel cultural de aquel pueblo. Además, es una lectura muy amena ya que es de comprensión sencilla.
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